«El dorsal número 13»

Posted by Rafa's Blog on 1 May, 2014 · 13 comentarios 

 

Mi primer torneo de pesca en kayak. Todo empieza como de costumbre, apuntándote en una lista de un foro, como en las distintas quedadas a las que he asistido desde que soy socio del KFV, con la diferencia de que en esta ocasión el orden en la lista sería el número del dorsal.

 

Enseguida se empezaron a apuntar participantes, y después del numero 12 nadie se apuntaba….el 13 se ve que no le gusta a nadie!!!

Yo, como no soy supersticioso me dije ……… ¿por qué no? y me apunté. La lista luego se hizo increíblemente larga… casi 100 competidores!!!!

 (Nuestro presidente,"Paterkayak", encargó alguno más del centenar de dorsales por si acaso...)

Quedamos muy temprano en la base, pues es ahí donde guardamos los kayak. Pedro “Pescky”, que estrenaba kayak e iba a ser su primera jornada de pesca en esta modalidad, estaba todo nervioso. Se hizo la hora pero Pablo y Jesús no acudían y claro, la idea de salir y llegar los primeros y coger un buen sitio se esfumó.

Pedro no aguantó más y se fue hacia el Club Náutico, pues lógicamente necesitaba tiempo para prepararse, y más siendo su primera vez.

Al fin llegaron, pues “Jesusna”, que también estrenaba kayak, se encontró con un problema técnico y no pudo colgar su kayak en el coche y Pablo tuvo que ir a por él y esto fue el motivo del retraso.

Por fin salimos hacia el Real Club Náutico de Valencia, donde se celebraba el Open y claro, llegamos los últimos. De todas formas la vista era algo increíble, era un mar de kayaks, nunca me podría imaginar ver tantos juntos. La verdad, cuando lo ví me emocioné.¡¡¡ Era increíble!!!

Preparamos las artes y desayunamos por gentileza del club KFV. Vamos, que no faltaba de nada a pesar de llegar al final, quedaba café calentito y todo tipo de dulces y bollería.

Fuimos esperando nuestro turno a salir, el tiempo era perfecto y el mar era un espejo. Yo creo que solo por estas vistas ya merecía la pena estar allí.

 

Nuestra idea era hacer curri, y eso es lo que hicimos. Fuimos trazando nuestras rutas y adentrándonos a ver si teníamos suerte.

El día fue transcurriendo bien pero ninguna picada, así que decidimos parar a almorzar. Para nosotros es uno de los mejores momentos, donde compartimos no solo comida, si no las mejores historias.

Una vez recuperados, decidimos cambiar de rumbo y nos volvimos a encontrar a Pescky que muy amablemente nos dijo que su sonda marcaba movimiento. Empezamos a hacer jigging y por fin vinieron los pescaditos en forma de jurelas.

Se levantó el viento y el mar empezó a estropearse. Todos nos separamos un poco pues con el viento no queríamos enredarnos, y para más inri salieron los veleros que tenían una regata…..

 

A pesar de que el mar es grande y tiene espacio para todos, no sé por qué a alguna gente le gusta pasar rozándote, en este caso vino un velero bastante rápido directo a nosotros de frente, y justo nada más pasarnos, giró detrás nuestro y con eso enganchando a todas las líneas mías y de Pabloxato.

Una de mis líneas se rompió enseguida, menos mal. La otra tuve que cortarla rápidamente antes de que me tirara a mí al agua. Ya bastante mosqueados, procedemos a volver a puerto pues el tiempo aun se pone peor y se esta convirtiendo ya en algo arriesgado.

Veo que Pablo, en lugar de ir a puerto, cada vez se separa más del grupo y empiezo a preocuparme. Un rato después viendo que Pedro, siendo su primera salida al mar, y que Jesús no tiene timón, les digo que sigan rápido a puerto y que yo vuelvo a por Pablo a ver que le pasa, pues su radio encima dejó de funcionar.

El mar en este momento se pone bravo de verdad, todo el mundo ya está en puerto y Pablo y yo aun estamos bastante lejos. Llego donde está Pablo y se confirman mis sospechas, ya que su kayak está haciendo agua y se hunde (no es un kayak normal ya que son 3 piezas que se unen, un “Tequila”) y además ya me lo imaginaba, pues ya le pasó lo mismo en el campeonato de España.

 

Le echo un cabo y tiro de él intentando ir a puerto, pero con el mar enfurecido y viendo que casi vuelca un par de veces, llamo con la radio a la embarcación de soporte sin suerte, ya que al estar todo el mundo en puerto no me entendían por la distancia a la que estábamos.  Pablo, mientras lo voy remolcando, llama por teléfono a la embarcación de apoyo.

Finalmente acuden en nuestra ayuda y lógicamente tardan un rato hasta que nos encuentran. Como ya tenía a Pablo enganchado en mi popa, decidimos que tiren de nosotros rápidamente a puerto. Esto no fue buena idea, pues Pablo casi se va al agua así con su kayak medio hundido. Cambiamos de estrategia y subimos a Pablo al barco… y yo debería haber hecho lo mismo.

Al arrancar el barco y el viento estar de lado empujando la proa a noventa grados de la dirección, no puedo evitarlo y me vuelca el kayak  siendo arrastrado, pues el barco con su inercia no puede parar en un segundo.

Rápidamente enderezo el kayak y me subo arriba como un gato escaldado y ya con más cuidado conseguimos volver a puerto donde estaban todos disfrutando de las vistas que les ofrecíamos al entrar remolcados por un barco.

 

Una vez en tierra, el ambiente era genial. Todo el mundo fue testigo de mi llegada “triunfante” a puerto, estuvo a gusto mientras estaba fuera con el ambiente que se respiraba, y más después en la comida.  Y eso, para los que echamos bastantes horas en el mar pescando, sabiendo que los nuestros esperan fuera, es básico.

Mi compañero de fatigas en esta jornada y yo, nos despachamos con unas cervezas bien frías para quitarnos el susto del cuerpo y brindar por que la aventura vivida quedara en una mera anécdota.

Me perdí la entrega de premios y la juerga correspondiente con toda esta tontería, pero la verdad aprendí mucho y son errores que no volveré a cometer.  Entre ellos el número 13, como que ya no lo quiero 😉

 

Un saludo y nos vemos en el mar!!!!

 

ArinQ429 (Rafa)

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