Villagudín, donde hasta las pajareras son posibles

 

Las gaviotas se perdían entre las olas que el intenso viento producía en la superficie del embalse de Villagudín, en pleno corazón de Galicia. Levantaban el vuelo cuando el viento racheado les obligaba y volvían a posarse en el agua para continuar con la limpieza del plumaje.

Con este panorama y condiciones no muy favorables para navegar con el kayak, me eché al agua, junto con un compañero gallego, que pronto quedó en las zonas abrigadas del viento sin mucha suerte.

Con la Prowler 4.5 las olas se cortaban sin problemas y, aunque con alguna dificultad por el viento racheado de cara, avanzaba en busca de las reculas del embalse, donde había zonas más calmadas y, por la mañana, se habían cogido truchas desde la orilla. Después de 20 minutos de paleo, llego a la recula principal, no sin antes tentar a las truchas en otras dos reculas intermedias sin mucha suerte. Cuando entro en la recula formada por la entrada de un arroyo, está repleta de pescadores desde una de las orillas; en la otra es imposible entrar debido a los árboles que crecen desde el agua, creando un auténtico marjal. Imposible ni intentarlo. Decido emprender una exploración en paralelo a escasos metros del marjal. Eso supone salir al embalse de nuevo y aguantar el viento lateral que provoca un batir de las olas contra los árboles sumergidos. Aún así decido arriesgar, porque confío que en medio del pantano, donde existe una pequeña isla, haya una brigada y quien sabe si estarán allí las truchas.

Unas fotos del lugar en una salida anterior, con mi antigua montura.

 

Salgo a aguas abiertas, mientras me voy despidiendo de los compañeros de la orilla, y saco línea para curricanear. Pronto una gran trucha arcoiris sucumbe ante mi Rapala Shad Rap naranja de profundidad. Pelea bien y me saca varios metros de línea sin problemas. Tenemos una brava lucha y en 10 minutos consigo meterla en la sacadera y calculo que pesará unos cuatro kilos de peso. Prosigo y cada vez el viento es más fuerte. Si te descuidas unos segundos, el viento te acerca peligrosamente a las ramas semihundidas.

  

Continúo mi avance en paralelo al marjal y las picadas se suceden una tras otra, pero la sorpresa es mayúscula cuando detrás de cada picada hay una trucha común, autóctona, de un kilo en adelante. No son muy grandes pero consigo subir al kayak cuatro o cinco ejemplares. Después de media hora, llego a mi objetivo. La superficie está rizada, pero el viento no bate tanto al abrigo de la pequeña isla y los brazos lo agradecen.

Comienzo a remar hacia una red que cruza todo el embalse. Villagudín es un acotado de trucha arcoiris, común –fario- y salmón atlántico de titularidad privada. Sus gestores dividieron el pantano en dos partes. En una hay truchas arcoiris y farios a partir de un kilo hasta los 12, mientras que la otra está reservada para los salmones atlánticos. Llegó hasta la red, sujeta a la superficie por una línea de boyas. Paso por encima de la red para situarme de frente a la zona de las truchas. Me coloco sobre la línea de boyas, lo que me permite fijar la posición a pesar del viento. Mientras me dispongo a lanzar, escudriño la zona en busca de alguna señal que delate a las truchas. Tranquilidad absoluta.

De repente, y antes del primer lance, veo cómo un cardumen de cachos, un pez pasto, se dirigen hacia mí dando saltos sobre el agua, ya que son acosados por una decena de truchas fario. Las gaviotas se han dado cuenta de la escena y algunas de ellas intentan sacar provecho desde el aire sin resultado. ¡Es una pajarera de agua dulce! Quien me iba a decir que vería algo así en aguas interiores. Mi intuición no me había defraudado y allí estaban las truchas y tenían hambre.

A partir de ese momento, durante media hora, cada lance era seguido de una espectacular picada de grandes truchas fario que no hacían ascos a mi pez artificial, ofreciéndome uno de los momentos inolvidables de mi vida como pescador desde kayak.

 

 

 

Una vez que acabó la actividad, desembarqué en la isla por necesidades fisiológicas y para tomarme una coca cola fresca, mientras asimilaba lo que había vivido momentos antes. Después embarqué y regresé al punto de partida, junto al muro del embalse. Cuando mire para atrás, el sol caía sobre el horizonte y las gaviotas jugaban al escondite con las olas. Así me despedía de un embalse que no olvidaré jamás.

Villagudín, un paraíso de la pesca, donde hasta las pajareras son posibles.

 

 

Francisco J. Martínez, Salmantino

  

 __________________________________________________________________________________

 

Magnífico artículo el que nos presenta Salmantino, que nos acerca a la pesca en aguas de interior, en la que es un experto. Preciosas imágenes que me hacen recordar mis primeras y relajantes salidas en kayak al pantano, antes de aventurarme a salir al mar en solitario.

 Francisco Javier es conocedor de muchos paraísos de pesca a lo largo de la geografía española, y ha colaborado en diversas revistas de pesca de agua dulce. También tuvimos ocasión de verle en televisión, en un reportaje en vídeo de Jara y Sedal sobre la pesca desde kayak en pantanos, el pasado año.

 Como veis, es un pescador con mucha experiencia, que entiende el mundo de la pesca muy a su manera. ¿Cómo si no se explica que se presentase en el Campeonato de España de Salobreña armado únicamente con una caña y carrete de mosca con cola de rata?

 Salobreña 2010.  Pescaatot, Caballa, Salmantino, Yuntajs, Sir Owen´s

 

Estuvo presente en la quedada del pasado 4 de Julio de 2010, en la que se estrenó en capturas de agua salada.

 

Y también estará con todos nosotros en el Desafío de Pesca en Kayak el próximo 12 de Junio.

Para tal ocasión, Salmantino ha tenido el detallazo de obsequiarnos con unas botellas de buen vino, con una etiqueta muy especial, que serán degustadas en la comida.

Será un placer para todos brindar contigo por los grandes momentos y por las grandes pajareras, sean en la costa o en el interior. ¡Salud!

Alfreedom.

 
 
                                                     Click en la foto para tamaño completo
 
Comments
4 Responses to “Villagudín, donde hasta las pajareras son posibles”
  1. miguelmq1 dice:

    Estimado amigo.

    Muchas gracias por compartir esos momentos mágicos con nosotros. Y enhorabuena por esas buenas capturas.

    Pensamos habitualmente tanto en el mar, que la verdad, deberiamos pensar todos en «enjuagarnos» con agua dulce en algun momento. Bien, ya estamos en ello, y a ver si los compañeros vIendo tus andanzas, se animan, y nos apuntamos en bloque para conseguir los permisos de navegacion el la CHJ.

    Y ya puestos a dejar a la imaginacion volar, me imagino una escapadita a las tierras manchegas, al Jucar, por ejemplo, a algun coto que nos permita pescar desde kayak, y realizar una jornada de pesca de truchas…

    Tiempo al tiempo.

    Saludos, Miguel.

  2. Caballa dice:

    Un muy bonito artículo aderezado convenientemente por las notas de Alfredo, que me trae muy buenos recuerdos. No en vano estuve pescando a pie y con cola de rata en este mismo lugar junto con mi suegro (es gallego) hace ya unos años.
    El mismo día que descubrí ese mágico lugar en el que las truchas alcanzan un tamaño realmente ejemplar quise alcanzar la zona en la que nuestro amigo y compañero Salmantino ha tenido la suerte de poder pescar.
    Estaría bien que nos dijeras, Salmantino, los permisos que hay que solicitar para poder pescar desde kayak en este extraordinario lugar de pesca.

    Enhorabuena por las capturas y muchas gracias por compartir tan bellos momentos con todos nosotros.
    Un abrazo
    Arturo «Caballa»

  3. pescaatot dice:

    Javier, tengo que reconocer que hasta ahora nunca me había atraido la pesca en aguas interiores, quizás sea por no enredarme en una cosa más, jeje, pero he leido con detenimiento este bonito reportaje y has conseguido que quizás pronto no tenga que pasar por el lavador a endulzar el kayak.
    Gran jornada de pesca la que nos muestras con esas grandes piezas que lucharían lo suyo.
    Has pasado de un kayak y ropa de camuflaje a kayak y ropas vistosas. Con los años vamos mirando más por nuestra seguridad que por las capturas, quizás.
    Me quedo con la foto de las gaviotas. El sol despidiéndose sin tener que esquivar algún edificio. Realmente preciosa. De profesional. Qué bonito es pescar al atardecer cuando las condiciones son buenas. El sol debería parar su caida ahí, en ese momento, al menos media horica, y poder echar nuestros último lances.
    Salmantino enhorabuena por este tu primer artículo en KFV y esperamos que sean muchos más.

    Pescaatot.

  4. yuntajs dice:

    Enhorabuena, Javier muy buen articulo y esplendidas fotos, pero se me hace muy raro verte sin tu cañita truchera y carrete de rodillo central con cola de rata, aunque no se te da nada mal pescar sin tu equipo habitual menudo pesqueron de truchas fario.
    Ha sido un placer volver a coincidir contigo en el desafio, espero noticias tuyas para realizar una incursion en aguas interiores.

    Un abrazo.

    YUNTAJS.

Deja un comentario